viernes, 25 de febrero de 2011

BREVE HISTORIA DE LA IMPRENTA (Parte I)


Desarrollo mi labor profesional en 4 Tintas Artes Gráficas y como he anclado este blog a la página de la Imprenta, para todos los interesados voy a proporcionar una breve (o no tan breve) historia de este arte que ha tenido tanta relevancia en el pasado como hoy tienen las nuevas tecnologías, y que está ahora afrontando un futuro más que incierto. De ello hablaremos en otra ocasión. Relevante porque suponía la única forma de difusión y transmisión de la cultura y los conocimientos de forma masiva, y ésta es una necesidad intrínseca del ser humano: comunicar, pervivir a través de cualquier manifestación. Ya se hacía desde los tiempos más primitivos a través del arte, incluido el rupestre, la música, la tradición oral de generación en generación... Pero hacía falta algo más; llegar a más mentes fuera del ámbito familiar, y llegaron los grabados en madera de la mano de los chinos, que emplearon por primera vez los tipos móviles y la xilografía para reproducir textos en serie. Pero fallaba la comunicación entre Oriente y Occidente, por lo que fue en el siglo XV cuando el archifamoso Johann Gutenberg aprovechó estos precedentes para implementar en Maguncia la primera imprenta conocida.

Su primera impresión fue la Biblia de las 42 líneas, que se llamó así porque eran las líneas de que constaba cada una de las páginas que la componían. Los temas se ceñían por aquel entonces a la religión, principalmente, seguida de la literatura y otras materias consideradas menores. La lengua de transmisión era sobre todo el latín; también se editaron textos en italiano, francés, inglés y español.

Los primeros textos impresos fueron los incunables, que imitaban en letra gótica a los manuscritos, e incluían para ello abreviaturas. Además dejaban las iniciales en blanco, que luego completarían los especialistas, y carecían de portada.

En cuanto a las ilustraciones, los dibujantes abandonaron su trabajo de siglos en pro de los grabados en madera o en metal.

Este siglo XV favoreció enormemente el florecimiento de la impresión en serie en todo el continente, debido al interés por el conocimiento universal surgido en el hombre renacentista, a la aparición de la industria del papel en sustitución del pergamino, a los avances en la investigación de nuevas tintas y desarrollo de metales para la confección de tipos móviles, y, cómo no, al creciente poder adquisitivo de Europa gracias a la apertura y expansión de nuevas rutas comerciales.

Todo ello, no obstante, no pudo evitar que Gutenberg finalizase sus días rodeado de deudas.

Los tiempos más modernos para una segunda parte. Por cierto, la confrontación entre la exposición anterior y la que está por venir me hacen preguntarme si en bastantes aspectos no estamos retrocediendo sobre nuestros pasos.
Mi primera entrada es para dar las gracias a mi hermanito Javi, que me ha dado un impulso para participar en este mundo. Aunque ya pensaba que podría ser apasionante esta comunicación ilimitada con el mundo, sin él no habría pensado que es fácil. Y espero que éste sea el principio de una larga y fructífera relación entre tradición (yo, 43 años y a mi pesar un poco anclada en otros tiempos) y modernidad (él, 23 y con toda la tecnología por delante). Así que gracias, Javi. Muakss.